La huella sonora del aeropuerto de Barajas ha ido cada vez a más. En 2001, hace 10 años, se estimaba que había 500.000 perjudicados por el ruido. Sin embargo, tras la entrada en funcionamiento de la T4, en febrero de 2006, se unieron a ellos otros 300.000 madrileños. En total, 800.000. De Coslada, a San Sebastián de los Reyes. De Torrejón, a Algete. De Tres Cantos, a San Fernando de Henares. Y desde entonces, el problema no remite.
Los afectados llevan años buscando numerosas soluciones y han realizado todo tipo de propuestas para que cesara el problema. Sin embargo, la única cosa que hay clara es que el entendimiento con AENA, el máximo organismo que controla los aeropuertos españoles, ha sido siempre nulo. Y ello, a pesar de la creación de consejos de supuesto trabajo entre ambas partes. De hecho, el mapa del ruido de este organismo difiere claramente al de los Ayuntamientos. Tanto en la intensidad del sonido, como en las zonas que lo sufren.
Si hablamos de soluciones, la insonorización de algunas casas sirvió únicamente como un mero parche. Y el cambio de rutas, trasladó el ruido de un sitio a otro. Tampoco han servido de nada sentencias como la que en 2008 dictó el Tribunal Supremo para que cesaran los sobrevuelos en la urbanización Ciudad Santo Domingo de Algete. Allí, sigue todo igual tres años después.
Según los datos ofrecidos por los propios Ayuntamientos, se estima que 800.000 madrileños padecen en diferente grado estrés, insomnio, o ansiedad por el ruido que sufren por culpa de estos sobrevuelos.
Lo cierto es que encontrar una solución para todos es difícil. El aeropuerto de Barajas es el quinto del mundo en cuanto a tránsito de viajeros y tiene unas 98 operaciones cada hora. Resulta imposible hacer que sus rutas no pasen por alguna zona poblada. Pero no solo está ahí el quid de la cuestión. También ha habido un crecimiento desmedido de algunas ciudades. Aún colea, por ejemplo, que en pleno debate sobre el ruido el Tribunal Superior de Justicia de Madrid anulase la construcción de una urbanización de 8.800 viviendas en El Molar al considerar que estaba bajo la huella acústica. Un varapalo a un desarrollo urbanístico aprobado por la Comunidad de Madrid y que fue denunciado por Ecologistas en Acción.
En definitiva, la historia nos dice que estamos ante una situación de difícil solución en la que se conjugan muchos factores. Lo único cierto es que el aeropuerto de Barajas va a seguir estando ahí y los aviones van a seguir volando a escasos metros de las viviendas de muchos madrileños.
Comentarios
Pijamas en Acción dice:
¿Por qué siempre se "olvidan" incluir a los ciudadanos de Madrid-capital?. En el Distrito 21 de su Municipio (Barajas), unas 40.000 personas padecemos la pésima gestión de AENA y, muy especialmente, los vecinos de la Alameda de Osuna.
martes, 15 de noviembre de 2011 a las 17:52