Este verano es habitual sentirse acalorado, asfixiado, sorprendido por las elevadas temperaturas de la región. Y al tiempo, los científicos nos indican que el ozono es el principal contaminante en tiempos de sol de justicia. Se trata de un gas que se forma a partir de la reacción fotoquímica de los rayos solares con la polución que genera la actividad humana. Este año, los grados se han disparado y la Comunidad lleva varios días en alerta amarilla. El pasado lunes, por ejemplo, 20 de las 23 estaciones de medición atmosférica existentes en Madrid sobrepasaron el umbral de protección para la salud, según el baremo de la Organización Mundial de la Salud, que son 100 microgramos por metro cúbico de aire durante más de ocho horas.
Las zonas más afectadas por la contaminación del ozono son Algete, el corredor del Henares y Majadahonda. La alta concentración puede provocar la irritación en los ojos y alteraciones de las mucosas y los pulmones de los ciudadanos, si bien quienes más lo sufren son las personas con problemas respiratorios. En la zona norte de Madrid, Algete ha marcado el tope y el verano todavía amenaza con días soleados y de calor intenso. Mientras que los movimientos ecologistas sugieren mejorar la calidad del aire de los madrileños limitando el tráfico, las autoridades en la materia, de momento, recomiendan exponerse con cautela y precaución a los rayos solares.
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