Este año, el programa cuenta con la colaboración de los departamentos de Medioambiente y de Salud y con la participación de agentes de paisano, que trabajarán en las zonas destinadas a la suelta de perros para verificar que, además de cumplir con los requisitos legales, los propietarios respetan las normas de limpieza y conducen a sus animales a realizar sus necesidades en las zonas habilitadas al efecto. En el caso de que algún propietario sea sorprendido incumpliendo esta norma, será sancionado con hasta 300 euros de multa.
Para poseer un perro potencialmente peligroso se debe tener la licencia administrativa necesaria otorgada por el ayuntamiento, la certificación acreditativa de la inscripción del animal en el registro municipal, un seguro de responsabilidad civil, llevar obligatoriamente un bozal apropiado y poseer la cartilla de vacunación del perro.
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