La estación situada en Alcobendas registró entre las 14.00 y las 15.00 horas de este pasado lunes una media de 184 microgramos de este gas nocivo para la salud en concentraciones altas. Una situación similar a la ocurrida el sábado. Hay que recordar que el ozono troposférico es un contaminante secundario que se forma a partir de los contaminantes emitidos principalmente por los automóviles y las industrias en días de mucha insolación y calor, sin viento o con poco viento.
Los efectos que el ozono, en concentraciones elevadas, puede tener para la salud van desde la disminución de la capacidad respiratoria hasta la pérdida de vitalidad, pasando por alteraciones del sistema inmunológico y por problemas cardiacos. Las personas alérgicas, asmáticas y con problemas respiratorios, así como los niños, las personas mayores y, en general, todo aquel que desarrolle una actividad física al aire libre, son especialmente sensibles a este gas nocivo. En estos casos se recomienda a niños, ancianos y personas con problemas respiratorios que se queden en casa y no hagan ejercicio físico.
Cuando se supera el umbral de aviso a la población, según la normativa europea, la Administración regional tiene la obligación de informar a los ciudadanos.
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