Padecer un cáncer no solo conlleva ciertas secuelas fisiológicas, también psicológicas. La depresión y la tristeza son inherentes a esta enfermedad que, también la sufren los familiares.
Para sobrellevarla lo mejor posible hospitales, como el de Fuenlabrada, ofrecen un Taller de Control de la Ansiedad de la mano de la Asociación Española contra el Cáncer.
Hay trucos, nos dicen los psicólogos, de relajación y respiración. Pero la mejor medicina suelen ser los amigos y familiares (que también acuden a este taller) para animar al paciente a que no deje de hacer su vida cotidiana. Una vida en la que se ha colado la palabra cáncer con un carácter dramático que no podemos obviar, pero sí intentar que sea un lastre para el resto de nuestras actividades cotidianas.
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