No lo puedo remediar. Y pido disculpas por adelantado, pero me resulta extremadamente difícil desligar la actividad política de su (con frecuencia) identidad simbiótica con la actividad actoral. Supongo que debe ser una especie de `deformación profesional´ o algo semejante… Aunque también es cierto que ese paralelismo ocurre con otras muchas actividades laborales (docentes, clérigos, jueces, etc…); y es obvio que en algunas sus efectos y consecuencias son sensiblemente más perniciosas que en otras… Un conocido axioma referido a los actores dice: “La imaginación es una de tus principales herramientas; pero esta es hermana de la mentira y, por tanto, peligrosa”… No parece, en base a ello, que los políticos no se merezcan ocupar por méritos propios uno de los primeros puestos del ranking...Leer más.
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