El comisario de Policía Nacional de Getafe, José Ramón Murillo, será, por un lado, el Interlocutor Social de la Policía con las organizaciones LGBT y, además, el encargado de coordinar ese sistema que se implantará en toda la Jefatura Superior de Policía de Madrid. Y es que en Getafe fueron pioneros el pasado mes de septiembre en crear una brigada especial para luchar contra estos delitos.
Por un lado, el primer objetivo es animar al agredido a que denuncie. “A veces no lo hacían por desconfianza ante la policía y ante el sistema penal” y por ello el objetivo es “restaurar esa confianza para que se sientan protegidos”, explica el comisario Murillo. A través de una campaña sensibilización, con cartelería y folletos, se lanzará el mensaje de “Usa tus derechos. No te calles. No cierres los ojos y no hagas oídos sordos”. Murillo deja claro que denunciar sirve para resarcir a la victima pero también es un deber ciudadano de ayuda al resto de la sociedad. “Todo aquello que se calla hace más fuerte al agresor”.
Pero además, en diciembre, se creó un protocolo de respuesta y se formará a policías para lograr uno de los aspectos más complicados en estos delitos, demostrar el contenido homófobo. Éste, como agravante, tiene una tipificación especial en el Código Penal con lo que “cualquier infracción penal supone un aumento de la pena”.
Los agentes rastrearán “indicadores de polarización” que marcan ese componente de odio o discriminación. “Son desde tatuajes de determinados colectivos a mensajes en redes sociales para confirmar que ese agresor ha actuado debido a la condición sexual de la víctima”, explica el comisario de Getafe, que reconoce que a veces, “es complicado, pero estamos en condiciones de determinar esas situaciones, aunque a veces haya que acudir a los jueces para poder investigar más en profundidad al agresor para probar esa condición homofóbica”.
Igualmente, la Policía Nacional formará a agentes en una “especial sensibilidad para que las víctimas se encuentren en la situación de que quién les recibe les entiende y les quieren ayudar”. El comisario también señala que “hay que estar preparado para la denuncia: orientar y asesorar a las personas que pueden sufrir una agresión (en los escenarios de la denuncia y juicio oral) para evitar la segunda victimización, un proceso traumático que se puede producir durante el trámite policial y judicial”.
Los delitos más comunes son los de atentado a la integridad física (lesiones) o moral (amenazas) pero en cuanto al perfil del agresor hay más problemas para concretar ya que “no hay denominadores comunes, ni una edad tipo, solo les caracterizan los prejuicios. Nos encontramos desde adolescentes que realizan bullying escolar homofóbico a compañeros, hasta hombres de mediana edad”.
Por ello, para atajar estos prejuicios, el comisario también aconseja “trabajar en la educación para la diversidad en todos los ámbitos”
El mensaje que se quiere trasladar con todo este proceso es que hay que denunciar. “Tolerancia cero ante estas situaciones. Si no se denuncia los agresores se crecen y pueden aumentar sus niveles de violencia”.
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