Desde que el 25 de enero de 1677 la Virgen de la Paz obró el milagro de la multiplicación del vino en Alcobendas, esta villa lo ha celebrado fervientemente. Una herencia que ha pasado de generación en generación y que cobrado forma a través de la Hermandad de la Nuestra Señora. A ella pertenecen Isabel Páramo y Tomás Páramo, descendientes de este clamor que se ido adaptando a los tiempos hasta entrar en el siglo XIX.
La villa fundada por los Reyes Católicos en 1492 en honor a San Sebastián Mártir, hace que cada 20 de enero sus vecinos rindan homenaje a su patrón. Una conmemoración histórica bien documentada que ha llegado a la actualidad sin perder su esencia, como bien saben Santiago Izquierdo, ex archivero municipal, y Jesús Vioque, director de la Banda Municipal.
Un repaso nostálgico y optimista por unas fiestas, de la mano de sus protagonistas, que han visto como ambos pueblos se ha convertido en importantes ciudades del norte regional sin renunciar a sus raíces.
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