Sí, éste es Bob Dylan. Es su último trabajo, en el que versiona clásicos de Frank Sinatra, casi en las antípodas de su estilo, pero que resucita en la templada voz de Dylan con temas como “Full Moon and Empty Arms”.
La verdad es que intentar repasar la carrera de Bob Dylan es una tarea hercúlea y, muy probablemente, injusta. Y es que en unos minutos es imposible abarcar la importancia, musical y social, de uno de los bardos más relevantes de los últimos cien años. Y más complejo será mostrar la evolución de uno de los artistas más cambiantes de la historia. Pero allá vamos.
En 1962 Robert Zimmerman publica su primer trabajo con un sonido folk que seguía una línea muy marcada en la América más profunda pero que contaba con un sonido fresco. “Man of constant sorrow” era una versión de una balada tradicional de principios de siglo. Al año siguiente publicaba “The Freewheelin" Bob Dylan”, un disco en el que la joya suprema era Blowin’ in the wind.
La música de Dylan acaba de ser hondeada cual bandera de la libertad, y su canto inspira a la generación de los 60 pacifista y contra el establishment. Más ejemplos eran “Don’t think twice it’s all right” o “Times They Are a-Changin’”.
Con los años la canción no estuvo exenta de polémica, ya que supuso la ruptura de uno de los principios de Dylan: que sus temas no se usen en publicidad. Pero en los 90 ocurrió… Pero seguimos en los 60 con “All I really want to do”, casi una parodia de su particular estilo agudo y a veces estridente.
Poco a poco Dylan se volvía más duro… hasta que llegó 1965 y la hecatombe. Con su disco “Bringing it all back home” descolocó a sus más grandes fans sólo con un detalle: incluir una guitarra eléctrica y virar un poco hacia el rock. “Subterranean Homesick Blues” era lo primero que nos encontrábamos. El criterio eléctrico acabó por imponerse con otro himno, “Like a Rolling Stone”.
Llevamos sólo cuatro años de carrera pero Dylan ya es el máximo representante de toda una generación. Su creatividad siguió dándonos éxitos. Por ejemplo en 1969, cuando toda la región de Nashville se hizo disco en temas como “Lay lady Lay”, donde está vocalmente irreconocible.
Dylan sobrevivió a la década de los 70, y lo hizo manteniendo su aura de absoluta estrella, incluso entre sus propios colegas. En el 73 nacía un tema prácticamente insuperable, “Knocking on heaven’s door”, incluido en la posteriormente ignorada banda sonora de “Pat Garrett & Billy the Kid”.
Después Dylan volvió a regenerarse, especialmente colaborando con The Band, quienes le respaldaron en su paso al rock. Más se identificó con este estilo en los siguientes años, y en el 75 escuchábamos “Tangled up in blue”.
Seguimos con grandes joyas. Dylan no hacía dos discos iguales, y al año siguiente sorprendía con “Desire” un disco con armonías increíbles y dobles voces con una compañera femenina. Ejemplos: “one more cup of coffee”.
En el paso de los 70 a los 80 Dylan sufrió otra de sus grandes transformaciones, esta incluso espiritual, y pasó a componer varios álbumes con mensaje cristiano y con toques góspel eclesiásticos en algunos casos, como “Heart of Mine”.
Tras esta incursión en la biblia y en los mensajes evangélicos, Dylan volvió en el 83 a música más secular. El álbum “Infidels” supuso una alegría para muchos fans, aunque definitivamente había abandonado la guitarra acústica en temas mucho más producidos como “Jokerman”.
La verdad es que esta década de los 80 no fue la más exitosa de Dylan. Las críticas no fueron buenas. En los 90 Dylan seguía siendo un referente poético y musical, pero no volvió a los grandes éxitos de antaño. Sacó un par de discos con temas folclóricos tradicionales como “Frankie & Albert”, pero también sorprendió con la ganadora de un Oscar “Things have changed”.
Ya con el nuevo milenio Dylan se ha caracterizado más por multitud de discos recopilatorios y selecciones personales de sus canciones favoritas. Pero también ha habido nueva producción; si obviamos el dudoso disco de villancicos, que ya sonó en esta sección en navidad, nos despediremos con un tema de “Modern Times”, disco de 2006, en concreto “Rollin" and Tumblin”, ejemplo de su última deriva rockabilly.
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