Se trata de un plan de choque que forma parte de un programa integral de control de plagas que incluye medidas físicas, biológicas y químicas. Los trabajos se hacen en la red de alcantarillado por ser ésta uno de los principales focos de anidación de insectos, sobre todo las cucarachas, así como de ratas y ratones. La campaña consiste en la geolocalización de todas las tapas de alcantarilla que hay en la localidad y en realizar simultáneamente una evaluación de cada una de ellas, anotando su accesibilidad, indicadores de presencia de roedores y cucarachas y el estado de los bloques de raticida que se colocaron en la anterior desratización.
En el tratamiento se aplica los productos más respetuosos posibles con el medio ambiente, colocando el raticida con portacebos fijos que impiden que sean arrastrados por el agua de las tormentas y contaminen acuíferos. Los insecticidas son los menos tóxicos del mercado. Como en años anteriores, la campaña ha comenzado con la llegada del buen tiempo, periodo en el que se multiplican tanto roedores como insectos.
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