Amada Talía,
Que gane otra vez Doña Cuaresma no es más que una tradición que podemos superar, como otras tantas. Aunque intenten doblegarnos con esta reforma laboral ideológica, ácida y amarga que sabe a chucrut alemán y que implanta el contrato de servidumbre involuntaria. A los neoliberales no les basta con tener la mano de obra barata, necesitan tenerla arrodillada.
Garantizar los servicios públicos de los que no pertenecen a su clase social es, para ellos, la definición de despilfarro...Leer más.
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