Amada Talía,
Tras una época en que la especulación y la borrachera del consumismo han resultado ser el germen de la pobreza moral y ética que nos invade, en estos momentos en los que la reflexión documentada ha sido sustituida por la opinión apresurada o frívola, deberíamos recordar por acá abajo que, parte muy importante de la riqueza, del verdadero capital de nuestra sociedad, la forman los poetas, los escritores y la intelectualidad activa de la gente y que, por ello, podemos refugiarnos en un valor mucho más sólido que el oro: el TEATRO.
Como bien sabes, el teatro es siempre una reflexión sobre la condición humana y sirve para defender los valores democráticos. Es una conjunción de ceremonia y artificio que provoca misterio. El misterio de la mentira y la verdad. El público siempre juega a creerse que lo que está ocurriendo sobre el escenario es verdad, para eso acude. Sus tres dimensiones y su realidad – sus ejecutores son de carne y hueso- juegan un papel fundamental en ese juego ceremonial. Un misterio que tiene mayor capacidad de arrastre y provoca en el espectador mayor capacidad de purificación que la vida real. Es Calderón el que juega con esos conceptos de realidad y representación en dos de sus grandes obras: La vida es sueño y El Gran teatro del mundo. Calderón que aportó también en sus montajes ceremonia y artificio. Estas reflexiones pueden ayudarnos a entender el gran magnetismo que posee el teatro.
Y a pesar de que los artesanos de tu arte, alejados del Olimpo, están pasando una de las épocas más críticas de su historia cercana, la salud artística de los espectáculos de teatro que podemos disfrutar en estos momentos es excelente.
Tenemos varios ejemplos, a mi juicio claramente recomendables, en la actual cartelera de los Teatros Públicos:
Con tu ayuda, amada musa, conseguiremos que los espectadores acudan a los teatros públicos, porque son suyos, se financian con los impuestos y sus programaciones son una verdadera sorpresa. Que usen el privilegio de disfrutar del teatro público, es su derecho y tienen la posibilidad de ejercerlo.
Porque el teatro sabe a cambio, a pasión, es poesía y por tanto, como dice Gabriel Celaya, es también un arma cargada de futuro.
Siempre tuyo,
Luis Lozano, Coordinador de Programación Patronato Municipal de Cultura Fuenlabrada
Posdata:
Mientras lees esta carta escucha Youkali Tango de Kurt Weill, interpretado por un cuarteto de cuerda, y siente, como dice el personaje de Charo López en Carcajada Salvaje, la confortable melancolía del chelo.
Comentarios