Hace más de cuatro décadas que la secta comandada por Charles Manson, conocida como La Familia, cometió uno de los crímenes más brutales de la crónica negra norteamericana. Gurú de la era hippie, tras haber pasado por varias penitenciarías a causa de una carrera delictiva que comenzó a temprana edad y fracasar en la industria musical –su anhelado sueño–, el carismático Manson comenzó a rodearse de un cada vez más nutrido grupo de adeptos a los que convenció de una retorcida y surrealista teoría sobre el Apocalipsis, cuyo anuncio, en sus delirios mesiánicos, creyó haber escuchado en una canción de los archifamosos Beatles, Helter Skelter. En el 10.050 de Cielo Drive, en Beverly Hills, California, varios miembros de la secta mataron a la entonces mujer del director de cine Roman Polanski, Sharon Tate, embarazada de ocho meses, y a otras personas vinculadas con el mundo del espectáculo. Poco después cometieron otro crimen atroz con el matrimonio La Bianca.
Aunque Manson no fue el autor material de ninguno de los asesinatos, tras serle conmutada la pena de muerte no ha vuelto a pisar la calle. Lleva más de cuarenta años entre rejas, lo que no le ha impedido casarse en prisión con una de sus seguidoras, una groupie de 25 años –Manson ya tiene 80–, que ha devuelto su mirada histérica a las páginas de actualidad de medio mundo.
Hoy Manson es un icono del lado más sórdido del ser humano, una piedra en el zapato del tan manido eslogan del American Way of Life. ¿Cuál fue la verdadera razón por la que se cometieron los crímenes Tate-La Bianca? ¿Cómo creyó Manson que se produciría el Armagedón? ¿Fue aquella trama acaso el fruto de la marginalidad que se escondía tras las relumbrantes mansiones de Hollywood en la “tierra de las oportunidades”? En la sección de este viernes hablamos con el Redactor Jefe de la Revista Enigmas, Óscar Herradón, del “profeta” de la oscuridad, el hombre más peligroso de América.
Comentarios
David Frías dice:
No veo nada nuevo que aporte datos y descubrimientos relevantes, todo es más de lo mismo, gastar tinta digital en la misma historia que hasta los indígenas de Polinesia saben acerca de Manson y su clan de burguesitos tecatos. Ahora cuando encuentren algo nuevo, llámese un eslavón perdido, una teoría conspirativa narrada por algún erudito de importancia, un dato científico y sociológico que exponga las causas coherentes de esos crímenes o alguna confesión o declaración que cambie el curso de lo que ya se sabe, entonces leer sobre la retorcida trayectoria del loco de Cielo Drive será más emocionante.
domingo, 16 de noviembre de 2014 a las 21:58