Que nadie se asuste, la plaga de chicles que pueblan la Plaza del Pueblo es una réplica de los residuos más comunes en acera y pavimentos. Un conjunto plástico con el que los alumnos del artista y profesor Federico Gómez quieren hacer reflexionar del importante papel que tienen las personas en la limpieza de los espacios públicos. Especialmente, los chicles acaban siendo unos desechos deformes y ennegrecidos que acaba adheridos al suelo ensuciando y afeando el aspecto de la ciudad, porque se trata de una golosina que no se descompone ni se absorbe y su rastro perdura en el tiempo como explica Inmaculada Viñoles, concejala de Educación, quien alaba esta iniciativa juvenil.
El Programa Educación de Calle tiene como objetivo ofrecer a jóvenes con dificultades educativas y económicas, entre 12 y 18 años, una alternativa saludable de ocio y tiempo libre en la se fomenta su creatividad y su arraigo social. Así, los propios alumnos han plantado varillas de bambú en el suelo con una pequeña masa de colores pinchada en el extremo semejante a un chicle. Ellos son ahora protagonistas, nadie que pasa por aquí deja de hablar del tema.
Comentarios
Paloma López dice:
No es exactamente que siembren de chicles de plastilina el suelo, lo que hacen es marcar donde hay manchas de chicle en el suelo y de esta manera se visualiza lo sucia que queda la calle con manchas imborrables en el suelo. Una interesante iniciativa
jueves, 20 de febrero de 2014 a las 08:49