El hombre, de nacionalidad rumana, estaba acusado de un delito de inducción a la prostitución y otro de amenazas. Según el fiscal, el procesado convivía con su novia, menor de edad, en la localidad de El Molar. Durante su relación, realizó constantes amenazas de quemarla y retirarle el pasaporte para que ejerciera la prostitución. El acusado llegó incluso a ofrecer sus servicios sexuales por los bares de la localidad de Pedrezuela. El 7 de marzo de 2004, la joven decidió poner fin a su relación después de que se enterara de la intención de su novio de venderla a un proxeneta. Tras ello, se refugió en la casa de un amigo, a quien el procesado intentó apuñalar.
Los magistrados imponen ahora al acusado cuatro años de cárcel por inducción a la prostitución y otro año y tres meses por amenazas. En el juicio, la víctima manifestó que su pareja la intentó vender cuando era menor de edad a un proxeneta a cambio de 700 euros ante su negativa de ejercer la prostitución para recuperar el dinero del viaje a España.
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