En nuestro espacio de Cocina de temporada de esta semana, hablamos del mejillón de bouchot, que es de un tamaño más pequeño que las variedades gallegas, pero cuenta con una textura untuosa, sedosa y no harinosa. Esto es debido a que la concha permanece cerrada durante las etapas de acondicionamiento, transporte, almacenamiento y venta. Su carne tiene un uniforme tono naranja, debido la abundante nutrición fitoplanctónica. Otra de sus características es que su concha no contiene cuerpos extraños (como cangrejos o granos de arena), ni olores y sabores a cieno. Ello es debido a que, al colocarlos en las estacas, se deja un espacio de 30 cm entre el suelo y el lugar de la cría, por lo que nunca están en contacto con el suelo. Este modo de producción hace que la concha permanezca expuesta frecuentemente al aire libre y al sol, por lo que se endurece la concha y la hace más sólida.
Sobre todos estos detalles y sus mejores formas de preparación, hablaremos como siempre con César Martín, desde el Restaurante Lakasa.
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