Para conocer cómo se trabaja en un instituto hemos hablado con el director de uno de ellos, con Felix Gálvez, del IES Atenea de Fuenlabrada, quien nos ha facilitado los datos asépticos de cual es la labor de un docente.
Un profesor de instituto trabaja 37,5 horas semanales, de las cuales 12,5 se dedican a preparación de clases, actividades formativas, claustro, evaluación o recreo, entre otras. Las 25 horas restantes son de su horario individual, de las cuales 18 periodos, tal y como los denominan, ya que las clases son de 50 minutos y no de una hora exacta, están dedicados a dar clases y 9 periodos u horas son complementarias. Estas 9 horas son, tal y como reconoce Felix Gálvez, “una especie de cajón de sastre”, ya que aquí se incluyen las guardias para sustituir a compañeros que faltan, si es tutor de un curso, tiempo para reunirse con los padres o para reuniones de coordinación entre tutores o resto de docentes.
Gálvez ha resaltado la importancia de estas reuniones de coordinación porque suponen la planificación del trabajo y la resolución conjunta de problemas o cuestiones que haya que abordar en el día a día. Pero, además, dentro de estas horas complementarias también se incluye para un docente la preparación de prácticas, de laboratorio o, por ejemplo, la atención al servicio de bibliotecas.
Respecto al papel de los interinos, pueden llegar a un centro o bien para realizar una suplencia o en algunos casos, se les ofrece contratos anuales porque la plantilla del centro sea corta e inferior a las necesidades previstas.
Con el incremento de dos horas lectivas más, que propone para este curso la Comunidad de Madrid, las horas de clase pasarán de 18 a 20 y se reducirá el tiempo dedicado a las actividades complementarias.
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