López Rodríguez explica que durante estos días o semanas “son muchos los que adquieren objetos que no han comprado en la temporada por su precio” y ahora si lo hacen. Consumir algo más en estas fechas entra dentro de lo normal de la sociedad actual, pero sí debemos estar alerta cuando aparecen ciertas señales de alarma, ya que el comprador compulsivo tiende a ocultar su problema.
Estas personas “tienen una dependencia, una necesidad de comprar superior a su voluntad y son incapaces de controlarse”. Detrás se encuentra una insatisfacción, la desilusión general y puede estar asociada a ansiedad o problemas de adaptación, según el vicepresidente de ASEPP.
El perfil de comprador compulsivo es en el 80% de los casos de mujeres, muchas de ellas amas de casa entre 40 y 60 años, que han perdido la motivación porque los hijos han dejado ya el hogar. También se da en trabajadores con alto nivel de estrés, para quien comprar se convierte en su válvula de escape. Otro grupo es el de los adolescentes de en torno a 17 años, con problemas de adaptación, trastorno alimenticio o problemas de personalidad.
Este experto aconseja acudir al médico en el momento en que se detecta que no se puede controlar el impulso porque es más fuerte que la voluntad. Tratamientos farmacológicos, para mejorar la sintomatología, la psicoterapia cognitiva conductual y el apoyo social, consiguen los mejores resultados.
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