Ahogamientos, cortes de digestión y otros accidentes similares pueden evitarse bañándose en zonas habilitadas, no entrando bruscamente en el agua, sobre todo después de haber tomado el sol o haber comido, y saliendo a tierra al menor síntoma extraño como escalofríos, fatiga, mareos, calambres, picores o dolores de cabeza. Cruz Roja también ha aconseja no tirarse de cabeza en lugares de fondo desconocido, pues las zambullidas en el agua son causa del 6% de las lesiones medulares en España. Además, hay que vigilar en todo momento a los niños, respetar las banderas de señalización en las playas, no intentar nadar en contra de la corriente o evitar bañarse en zonas de riesgo como en ríos de gran caudal, en pozas naturales o bajo cascadas de agua.
En caso de accidente en piscinas y playas, esta organización de asistencia ha destacado que los minutos que siguen al accidente pueden ser vitales para la víctima, por lo que hay que actuar "con orden y serenidad" para que la atención al accidentado sea lo más correcta posible.
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