Según ha informado la Dirección General de la Policía y de la Guardia Civil, los ocho detenidos contaban con una importante infraestructura en España, Holanda y Alemania. Ellos se encargaban de la financiación de las operaciones y de negociar la compra de la droga, además de ser los intermediarios que se encargaban de la distribución en nuestro país. Aunque Alemania era el punto intermedio de operaciones para enviar la droga hasta España, oculta en vehículos importados que posteriormente transportaban en camiones tipo góndola.
Los agentes establecieron un amplio dispositivo de vigilancia en un polígono industrial de Alcobendas, donde uno de los miembros de la banda debía hacerse cargo del coche que transportaba la droga. El vehículo llevaba en el hueco de la rueda de repuesto dos bolsas de plástico con unas 62.000 pastillas de “éxtasis” y otras dos que contenían cada una cerca de un kilo de “cristal” en forma de clorhidrato. En los registros domiciliarios practicados posteriormente se intervinieron 4 kilos de sulfato de anfetamina o "speed" y 500 gramos de "cristal".
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