El grupo tenía su centro de operaciones en la localidad almeriense de Roquetas de Mar, aunque tres de sus integrantes vivían en Madrid. La banda realizaba sus acciones de forma perfectamente organizada y adoptaba en sus golpes importantes medidas de seguridad. Las investigaciones que han terminados con estas detenciones comenzaron en agosto pasado. Casi todos los robos eran cometidos en lugares poco transitados de localidades pequeñas. En Madrid, de hecho, actuaron en fuente el Saz de Jarama. Los detenidos han llegado a utilizar numerosas identidades y por sus antecedentes tres de ellos ingresaron en prisión.
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