El ahora detenido llegaba a practicar una veintena de sacrificios diarios, por los que cada comprador llagaba a pagar alrededor de los 200 euros. El animal era entregado sin realizarle ningún tipo de control sanitario ni veterinario, por lo que los destinatarios podían adquirir alguna enfermedad posible en cerdos contagiados.
Cuando los agentes accedieron al lugar encontraron 6 cerdos y 6 cochinillos listos para el sacrificio, 13 ya sacrificados, varios de ellos troceados y vendidos, medicamentos de uso exclusivo veterinario, ya caducados en su mayoría, gran cantidad de leche en mal estado y dinero en efectivo.
Al varón detenido, propietario de la explotación ganadera, se le imputa un delito contra la salud pública.
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