Nacida en Memphis, en el estado de Tennessee, siendo su madre cantante de gospel y su padre predicador (por cierto, uno de los principales confidentes de Martin Luther King), pasó toda su infancia rodeada de voces como la de Dinah Washington y Ella Fitzgerald. Siempre estuvo muy unida a sus hermanas, especialmente desde que su madre las abandonó, con las que cantaba en la Iglesia Bautista regentada por su padre. Al fallecer su madre se trasladaron a Detroit donde creció desarrollando su talento de forma autodidacta, aprendiendo escuchando grabaciones. Hasta que entró en un tour itinerante de gospel y con 14 años hizo su primera grabación.
En 1960, con 18 años, empezó a tomar clases de técnica vocal y danza en Nueva York; así como a grabar “demos” que presentaba a las discográficas. Aunque lo más sorprendente es que lo hacía soltera con dos hijos de 3 y 1 año. A pesar de ello, en 1962 se casó con Teddy White, de quien se divorciaría en 1969. Una década en la que primero firmó con el sello Columbia hasta que lo abandonó para fichar con Atlantic, el buque insignia de la música negra. Fue su gran momento, donde se mostraba como lo que realmente era, una artista de soul, a pesar de su versatilidad como cantante de jazz. Fueron los años de su consagración, cuando grabó la versión de Otis Redding “Respect” y otras versiones de Ray Charles o Sam Cooke. Por este tema, en 1967, le llegaron sus dos primeros Grammy, de un total de 17 que ha recibido a lo largo de su carrera. Un año más tarde volvió a saborear el éxito masivo con “Chain of fools” o “A natural woman”, y se volvía a rodear de colaboradores como Eric Clapton, Ray Charles, Curtis Mayfield. Y seis meses después llegaría “Think”.
Ya en los 70 se casó con su segundo marido, el actor GlynnTurman, con quien estuvo unida 6 años y llegaron los coqueteos con el rock y el pop, de la mano de versiones de los Beatles o B.B. King, y comenzó a acercarse a la música disco en la que reinó gracias a Steve Wonder o Wilson Pickett, sin olvidar sus raíces gospel. En aquel tiempo ya se presentaba como una auténtica diva, envuelta en un abrigo de piel, con una imagen totalmente renovada, e incluso grabó un álbum titulado así “Diva” con canciones compuestas por ella misma. En los años 80 y 90 grabó míticos dúos con George Michael, Elton John, James Brown, Frank Sinatra, Mariah Carey, Céline Dion o Whitney Houston, de quien fue su madrina (no solo por el talento de la joven sino porque era hija de una prima suya también cantante).
Una mujer que ha creado su propia discográfica para promover la carrera musical de sus cuatro hijos, atreviéndose hasta con el hip hop. Y que nunca ha ocultado sus ideas políticas y su defensa de los derechos humanos, apoyando también el movimiento de liberación femenina. De hecho actuó dos veces ante Bill Clinton y en la ceremonia de nombramiento del primer presidente de color de los Estados Unidos, Barack Obama.
Hoy recorremos la vida y la música de Aretha Franklin, calificada por la revista Rolling Stone como “la primera de las cien cantantes más importantes de todos los tiempos”. Y que fue la primera mujer negra que protagonizó la portada de revista “Time”. Méritos de sobra para ganarse el respeto y ser una de nuestras Divas Divinas.
Comentarios