Se trata de una docena de menores entre 14 y 17 años que conviven estos dos pisos porque no pueden permanecer en sus familias. Adolescentes problemáticos que se encuentran en situación de riesgo de exclusión social, de aquí el importante papel que desarrollan los educadores para que finalicen sus estudios y se formen para el futuro, como señala la concejala de Inmigración, Olimpia Zelaya.
La edil y el alcalde han visitado los dos pisos tutelados y han dejado un regalo de cada menor, como reconocimiento al esfuerzo que realizan para normalizar su vida asistiendo a clase y participando en actividades municipales juveniles, deportivas y culturales.
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