En este centro se recogen alimentos donados por diferentes empresas que son excedentes de producción en perfecto estado. Aquí, donde casi todos los trabajadores son voluntarios, la comida se distribuye a entidades benéficas que dan de comer a aquellos que más lo necesitan. La labor que se hace es básicamente logística, aunque fundamental para que muchas personas sin recursos puedan comer en la región. Javier Ortiz, el presidente del Banco de Alimentos, se muestra orgulloso de la labor que realizan pero cree que aún queda mucho por hacer.
En 2008, esta entidad atendió las necesidades alimenticias de casi 200.000 personas aunque desde el Banco creen que la población que no tiene recursos suficientes para alimentarse supera el medio millón.
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