Les voy a contar una historia: el protagonista es un hombre que después de 20 años dando cada gota de sudor en su puesto de trabajo es obligado a abandonarlo, claro, con su edad y su currículum, le resulta difícil reintegrase a la vida normal; en esa misma historia, también aparece una joven trabajadora en una empresa, rechazada por sus compañeras por ser madre soltera y finalmente despedida; encontramos igualmente a unos estafadores que siempre salen ganando, arrimándose a los poderosos para medrar a base de robos y sobornos; y también hay unos jóvenes desencantados con la sociedad en la que viven y que quieren rebelarse, pero sus intentos son en vano.
Ustedes podrían pensar que esta historia está ambientada en cualquier lugar del mundo en este año 2011 (Egipto, Francia, Libia, Grecia o incluso España, aunque aquí los jóvenes no se rebelarían), pero no es así, esta historia la escribió Víctor Hugo hace 150 años y la título ‘Los Miserables’.
Resulta sorprendente el comprobar como el ser humano, a pesar de los avances tecnológicos, sigue manteniendo su misma esencia; durante este siglo y medio han llegado el teléfono, la televisión e internet, hemos viajado al espacio, avanzado en medicina… pero las injusticias principales se mantienen.
Es cierto también que en la obra de Victor Hugo encontramos compasión, amor, amistad y coraje, pero tengo la impresión de que mientras que los rasgos negativos han ido a más, los positivos han ido a menos.
En cualquier caso, si algún escritor quisiera reescribir hoy en día ‘Los Miserables’ en versión siglo XXI, le bastaría con darle un iPhone a Jean Valjean.
David Sañudo, periodista
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