En su caso, su novio la fue aislando de sus amigas hasta quedarse solas: “No veía a nadie más que a él o a sus amigos que eran todos como él”. Al final se separó de él en lo que Eva bautiza como “lo mejor que ha hecho en su vida”.
Beatriz Ortiz es psicóloga especializada en género que trabaja para la casa de la mujer Clara Campoamor de Alcobendas. Nos cuenta que lo que le ocurrió a Eva es lo habitual: “van poquito a poco pero al final consiguen que se aíslen, que no salgan, incluso que dejen de ir al instituto”. Cree que en los últimos años ha habido un retroceso y que “se idealiza muchísimo el amor machista, en las películas se ensalza la violencia de género y la dulcifican”.
Laura también sufrió maltrato psíquico y físico. “Cuando te tienen hundida psicológicamente es cuando empiezan las agresiones” explica Laura que pese a pasar una noche hospitalizada no denunció a su expareja. “Me pegó en público pero como estás tan sumisa no tienes capacidad de denunciarle. Me inventé una historia para no denunciarle aunque sé que las enfermeras sabían que no era verdad”.
Durante esos años, Laura no hizo caso de las advertencias de su entorno hasta que pasados los meses se dio cuenta de que “estuvo luchando por una mentira y tenía que cortar con eso”. Pese a todo no le denunció. “No me dejaba en paz y me llamaba, aunque él estuvo en la cárcel”. Afortunadamente ahora reconoce que ya no le afecta lo que le pueda decir.
Valentina García Moreno es orientadora del centro y tras 12 años trabajando con chicos y chicas de secundaria rompe una lanza a favor de muchos adolescentes que saben muy bien lo que hacen: “a aquellos que saben decir lo que es amor y que les dicen a sus amigos ‘esto no, compañero’”. “Tratamos de que, sean chicos o chicas, no dejan a las víctimas solas”.
Amparo Sánchez, la ex cantante de Amparanoia sufrió malostratos de adolescente. Cuenta su historia en el libro La niña y el lobo, vivir para contarlo, en el que defiende que "es necesario y posible salir de este tipo de relaciones que no merecemos".
"Me sorprende y me duele que las adolescentes vean normal el control por parte de sus parejas" explica Sánchez. "Esto demuestra que seguimos padeciendo la violencia de género contra la mujer".
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