La experiencia del Erasmus sirve para enriquecer la vida estudiantil, aprendiendo otro idioma, compartiendo diferentes culturas y regresando con un listado de compañeros, recuerdos e impresiones que no se olvidan fácilmente. El Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios, que suma más de dos décadas desde su creación, supone una ayuda económica y académica durante un periodo de entre tres meses y un año en otro país europeo.
Y si estos días ha trascendido que la Unión Europea tiene dificultades para afrontar el pago de las becas Erasmus, desde las universidades Complutense y Autónoma de Madrid han asegurado que este año está garantizada la cuantía, ya que han recibido el 80% del presupuesto. Los fondos proceden de la UE, pero una agencia nacional los reparte entre las universidades españolas.
Recordemos también que aún no se ha efectuado el primer pago para los 2.000 alumnos aproximados que hay en la Complutense. El 20% del dinero restante que falta se espera para julio y, en principio, las instituciones educativas consideran que se cumplirán los plazos y tachan de desastrosa la hipótesis de suprimir un plan tan importante y con una trayectoria consolidada.
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