Los reductores de velocidad suponen un elemento disuasorio que obliga a los conductores a reducir la velocidad. Normalmente están ubicados en espacios especialmente transitados, en zonas residenciales o en las avenidas de más tráfico. El Ministerio de Fomentó creó en 2008 una normativa reguladora y dio dos años de plazo para que los distintos tipos se adaptasen a ella. En caso de no ser los adecuados, tienen consideración de obstáculo en la calzada y pueden acarrear una denuncia contra el titular de la vía. De ahí la importancia de la moción aprobada.
Ahora tendrá que hacerse efectiva lo antes posible la medida.
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