Elena Montero es asturiana de corazón y una cocinera por necesidad, porque no es profesional, solo se presentó animada por sus familiares y amigos. Ante los micrófonos de SER Madrid Norte ha confesado que cada tres meses necesita escaparse a Asturias para desconectar, respirar y llenar la despensa. Porque lo más importante para hacer unas buenas fabes es que sean asturianas.
A partir de ahí, ya interviene la creatividad de quien cocina o si prefiere acogerse a los cánones tradicionales. Lo importante es hacerlo con mucho amor y pensando en quienes se las van a comer. En este caso cerca de 230 personas, que asistieron a este concurso organizado por el Centro “Aires de Asturias” de Tres Cantos.
Un certamen cuyo jurado también premió la fabada de Elena Núñez y el arroz con leche de Rolindes Pérez.
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