Algunos conocíamos la leyenda urbana, pero estos días se cumplió la historia cuando leímos cosas como: “Pillan a un conductor que usaba un maniquí para poder circular por el carril del Bus-VAO”. Y la imagen del maniquí, mil veces vista, seguro que sorprendió, enojó o divirtió a más de uno. ¿Estaba justificada esta ilegalidad? Desde luego que no, pero lo cierto es que los atascos en las carreteras de la Comunidad de Madrid invitan a soñar con alternativas, soluciones o trampas para no desquiciarnos al volante. Cada día, miles de ciudadanos se encuentran inmersos en plena retención circulatoria, sobre todo, en las horas punta (es decir, de 7h a 9h y de 17h a 21h, aproximadamente). Y no es de extrañar taponarnos en la Nacional 1 en el entorno de Alcobendas y Sanse, en la A-6 entre Las Rozas y La Florida, al revés desde Las Matas, en la A-3 por Rivas, en la A-4 y la A-5 dirección sur o la M-30 cerca de Madrid o la M-40 en los túneles de El Pardo o en el tramo de Vallecas-Coslada… ¿Nos suena, verdad? Así, los beneficios del coche para comunicarnos por toda la región se convierten en un quebradero de cabeza.
Pero, ¿cómo se originan los atascos? Tras consultarlo con en diversas fuentes, la web Practicopedia.com ofrece consejos para la vida cotidiana y resume que “los embotellamientos están provocados por volúmenes muy altos de vehículos o por obstrucciones en la carretera”. La capacidad de un carril en buenas condiciones es de hasta 2.000 coches por hora o lo que es lo mismo: dos por segundo. En el caso de la ciudad, disminuye a los 1.800 vehículos por hora en el carril. Los incidentes habituales que trastornan una movilidad normal son el mal tiempo como lluvia o nevadas, averías, accidentes o caída de objetos en la calzada, que en vías urbanas se suman a los estacionamientos, semáforos, paradas de autobús o pasos de peatones. Por no hablar de las fechas festivas y las operaciones de salida y regreso. Y como curiosidad, los expertos señalan que se podrían aminorar los atascos “si todos estos automóviles circularan a una velocidad de entre 60 y 80 km/h”, es decir, un movimiento más lento y uniforme que evite las frenadas bruscas. Seguro que en la Comunidad de Madrid todos los días escuchamos indicaciones poco halagüeñas de la DGT en horas punta.
Y entonces surgen alternativas como el transporte público, compartir coche en los desplazamientos por la región o facilitar la movilidad entre los empleados y la empresa como es el caso de la Asociación AICA. Su secretario general, Luis Suárez de Lezo, adelanta la propuesta pionera en España.
Como podemos comprobar, cada uno intenta sortear el tráfico como puede. Incluso con maniquíes de copiloto. Dicen los entendidos que en el fragor del atasco debemos mantener cierta distancia y evitar cambios de carril. Y en cualquier caso, para saber el estado de las carreteras, cómo no, está la Dirección General de Tráfico en la web www.dgt.es y en el 011. Y lo importante… ¡precaución, amigos conductores!
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