Todos queremos sentirnos integrados en el grupo de amigos o de trabajo y eso hace que sigamos la corriente que marca la mayoría, especialmente en edades complicadas como la adolescencia, donde el joven quiere marcar distancias con los padres y no tiene la personalidad definida. Pero, ya de adultos, la influencia de amigos e incluso familia nos puede condicionar la forma afrontar la vida. En un grupo de amigos positivos, con ganas de superación, ese espíritu se contagiará, lo mismo que a la inversa, una aptitud de derrota y pasotismo, puede determinar cómo enfrentamos la vida familiar o laboral.
Fernando Álvarez (www.desdelatrinchera.com) analiza este tipo de conductas y explica cómo podemos actuar en cada caso.
Comentarios
Fiscal dice:
Pero eso sí, pagando.
Si quiere información de un contrato, tienes que pagar.
Y aún tienen ordenanzas en pesetas, que eso no lo mide el informe...
viernes, 30 de enero de 2015 a las 11:45