Entre las recomendaciones de Álvarez destaca el tomarnos todos los días lo que califica de “micro vacaciones”, pequeños momentos de relax y desconexión que nos ayudan en nuestro bienestar. Por ejemplo, dejar media hora de nuestro día para sentarnos en un parque a escuchar música, reservar un tiempo para seguir leyendo las lectura que guardamos para el verano, no dejar de tener un hueco en la semana para jugar a las cartas con los amigos, si esa es nuestra costumbre… En fin, tener una agenda vital más razonable con breves espacios para nosotros, porque Álvarez afirma que las vacaciones son “sobre todo un estado de ánimo”.
También es importante la necesidad de plantearnos las cosas del día a día de forma más natural, evitando convertir en problema lo que no es.
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