Hoy Alfredo Tarazaga nos recuerda que los tópicos literarios son aquellas estructuras temáticas que se han repetido a lo largo de la historia de la literatura universal, especialmente la castallana, y que nos han llevado a descubrir en muchas obras el beatus ille, o esa exaltación de la vida natural, apartada del ruido y la ciudad.
Dos tópicos muy similares son el vita flumen, la vida fluye, y el tempus fugit; si en uno el sabor es agridulce por aquella vida caudalosa como un río que sin embargo desemboca en un gran mar que es la muerte, pero que también es la gloria de la vida eterna, el segundo nos recuerda que el tiempo se escapa y que “todo pasa, nada queda”, como diría Machado.
También detallamos el tópico nihil novum sub sole, “nada nuevo bajo el sol”, que nos recuerda que por mucho que haya nuevos acontecimientos, en definitiva no hay nada nuevo y todo se repite.
Pero terminamos con el amor post mortem, ese amor que a todo sobrevive y que no acaba con la muerte de la persona amada, un tópico que se ha repetido a lo largo de los siglos.
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