Antes de entrar “en harina”, nuestro profesor de Lengua Alfredo Tarazaga nos explica dos conceptos importantes: significante, que es la forma o el continente de las palabras, una mera sucesión de letras, y el significado, aquello a lo que hacemos referencia. Es decir, que el significante de “mesa” son las letras m, e, s y a y el significado es “mueble compuesto de un tablero horizontal liso y sostenido a la altura conveniente, generalmente por una o varias patas”.
Teniendo claro esto, nos adentramos en la polisemia, es decir, una misma palabra con un mismo significante pero que cambia de significado. Por ejemplo, un banco puede ser de dinero, de peces o para sentarse, pero en todos los casos se escribe y pronuncia igual.
Caso distinto, aunque similar, es el de homonimia. También tenemos varios significados, pero en este caso podemos tener uno o más significantes similares y siempre estaremos ante dos palabras distintas. Por ejemplo, “vino” puede ser sustantivo refiriéndose a una bebida, pero tenemos otra palabra distinta (no igual, como en el caso de la polisemia) que tiene la función de verbo y procede del verbo “venir”.
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