Concluimos de la mano de Alfredo Tarazaga, nuestro profesor de Lengua, estos espacios dedicados a los refranes. Y lo hacemos hablando de algunos como “Rey es el amor y el dinero emperador”, que muestra una de esas características de los refranes, que tienen dos partes que riman entre sí y que dan una moraleja.
“Quien no sabe callar, no sabe hablar” es otro buen ejemplo de lo anterior, aunque también tiramos de historia para hablar de “Ojo por ojo y diente por diente”, que sale ya en la Biblia, en el libro del Éxodo, o “Dime con quién andas y te diré quién eres”, que responde a una sentencia propia de la sabiduría popular.
Acabamos refiriendo “Por la boca muere el pez”, un refrán que intenta avisar de que las palabras nos pueden llevar por el camino de la amargura y que tiene un origen literal, debido a que los peces suelen morir por la boca cuando muerden el anzuelo al ser pescados.
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