A prácticamente nadie le resultaría extraña la frase “El jefe cesó a uno de sus asesores” o el titular “Cesado el ministro de finanzas de…”. Pues sepan que, por mucho que nos hayamos empeñado con ellas, son construcciones erróneas. Nos lo explica como siempre nuestro profesor de Lengua, Alfredo Tarazaga. La razón: que “cesar” es un verbo intransitivo, es decir, que no lleva complemento directo.
De esta forma podemos establecer un paralelismo entre “cesar” y “parar”, por lo que deberíamos decir “Uno de los asesores del jefe cesó en su actividad”, es decir, “…paró de hacer su actividad”, pero nunca diremos “Parado el ministro de…”. Sin embargo, el paralelismo erróneo que sí hemos establecido es el de “cesar” y “destituir”, cuando no significan lo mismo. Es decir, sí diremos “Destituido el ministro” pero no “Cesado el ministro”.
También descubrimos la diferencia entre los verbos intransitivos como “cesar” o “nadar”, que no llevan complemento directo (no podemos “nadar a alguien” ni “nadar algo”, como tampoco podemos “cesar a alguien”), y los verbos transitivos, como “comprar”, que sí necesitan obligatoriamente un objeto directo (siempre compramos “algo”).
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