Hablamos de un serio problema ambiental, ya que la desertificación está muy relacionada con el cambio climático. Un proceso que sigue su curso también es España como explica Luis Olías, portavoz de Reforesta.
Tres cuartas partes del territorio español se clasifica como árido, semiárido o subhúmedo seco y, por tanto, expuesto a la desertificación. Una situación que se agrava en el arco Mediterráneo y en la mitad sur, así como las islas Canarias, con el aumento de población y de actividad económica que transforma el suelo y la demanda de agua.
De aquí que Reforesta haga una llamada de atención sobre la necesidad de restaurar nuestro territorial y de cambiar el modelo de desarrollo, aportando una serie de medidas agrícolas, de regadío o de explotación acuífera.
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