Cuando Alistair Beaton escribió “Feelgood” compuso una maravillosa obra escurridiza que no es fácil de catalogar, ya destila grandes dosis de humor y teatralidad al tiempo que cabalga sobre una temática tan compleja como comprometida, como es la política.
Es un gran texto en el que no hay conflicto generacional ni problemas familiares, tampoco hay cotidianeidad pero fácilmente se reconocen los personajes y las situaciones en las que se mueven. Una realidad cruda y profunda, quizá la más fuerte: la relación del hombre con el poder, como ha destacado una de sus protagonistas, Manuela Velasco, en SER Madrid Norte.
La obra cuenta las horas previas a la intervención del Primer Ministro ante el congreso de su partido. Una situación rodeada de tensión y nervios, entre acusaciones de censura a la libertad de expresión por parte de los miembros del partido y por protestas ciudadanas en las puertas del local donde se celebra el congreso. Además, para complicar aún más la situación, una confesión revelará la posibilidad de un divertidísimo escándalo de proporciones gigantescas.
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