En el primer emplazamiento, la Plaza de Luis Gutiérrez, se han llevado a cabo arreglos de muy diversa índole: desde el enlosado de un tramo de acera en el acceso a la plaza desde la calle Isabel la Católica hasta la supresión de los petos laterales de la escalera de granito de ese acceso a la plaza para evitar la acumulación de basura. Además, se ha prolongado el banco de piedra que ya existía desde las escaleras de la calle Isabel la Católica hasta la propia Basílica; en las jardineras y espacios vacíos se han plantado platas; y se ha mejorado el aspecto del terrizo de alrededor mediante pavimento ornamental con adoquín rectangular azul, lo que impide la acumulación de polvo y refuerza la sensación de limpieza y colorido.
La reforma realizada en el resto del entorno de la Basílica ha incluido también numerosas actuaciones: repintado de los báculos de las farolas que estaban en buen estado y sustitución de aquellos que estaban más dañados; o cambio de las luminarias que tenían las farolas por otras más acordes con la estética del casco histórico en el que se asienta la Basílica, denominadas de tipo neofernandino, siendo ahora todas ellas también led, de bajo consumo, alta calidad y con luz cálida anaranjada.
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