Hoy nos colamos en una de las clases de Ana Soto en el Centro de Igualdad de San Sebastián de los Reyes. El incienso nos traslada a las “Mil y una noches”, pero la música nos resulta muy nuestra, y los pañuelos de moneditas tintinean al ritmo de faldas de volantes. La Danza Oriental se funde hasta confundirse con el Flamenco, si es que alguna vez de separaron. Porque no olvidemos que seguimos teniendo la esencia andalusí en nuestras raíces como explica la profesora, Ana Soto.
Esta bailarina de Alcobendas lleva más de veinte años sobre las tablas y su formación ha bebido del clásico español, flamenco y la danza clásica, así como de los ritmos orientales que marca la danza del vientre, por lo que el camino hasta el Flamenco Oriental ha venido casi rodado.
En la clase suena la música de Bisbal y de El Lebrijano con la misma naturalidad que se canta un “Jabibi”. Marcan el ritmo las palmas y los pies descalzos, al mismo tiempo que la rotación de la cadera es protagonista. Un danza redonda, sin edad, que devuelve al espejo la belleza de quien la baila.
Por eso todas las alumnas están entusiasmadas y no cambiarían estas clases por ningún gimnasio.
Para atender la alta demanda de este novedoso Flamenco Oriental, el Centro de Igualdad de Sanse ofrecerá este año clases los lunes y miércoles, tanto en horario de mañana como de tarde por 20 €. Grupos que se atreverán desde la danza del vientre hasta el tango flamenco o la rumba flamenca. ¿Quién se anima?
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