Las dos charcas construidas por la Consejería de Medio Ambiente han sido valladas para evitar la entrada de grandes mamíferos y se han señalizado con el fin de informar y sensibilizar a los usuarios del Parque Regional sobre las actuaciones realizadas, el proyecto y las especies presentes. También se ha acondicionado el entorno con vegetación autóctona que favorezca la colonización del espacio por parte de anfibios y reptiles como explica, Pedro Castaño, miembro de Espacios Protegidos de la Comunidad de Madrid.
El curso medio del río Guadarrama cuenta actualmente con numerosas especies de anfibios y reptiles: sapo común, sapo partero, sapillo pintojo, sapo de espuelas, sapo corredor, rana común, gallipato o rana de San Antonio, entre los primeros; y galápago leproso, galápago europeo o culebra de agua, entre los segundos. Estos animales constituyen un grupo de gran valor ecológico, ya que son elementos clave y excelentes bioindicadores de la salud de los ecosistemas. Actúan como magníficos insecticidas naturales, controlando posibles plagas y minimizando la proliferación de enfermedades. Además, su piel presenta más de 300 sustancias de interés farmacológico y participan en los procesos de polinización de algunas especies de plantas.
Por ello, el gobierno regional ha recuperado cauces y riberas desde el año 2007. Se han incluido tratamientos selvícolas y de limpieza, plantaciones de ribera, estabilización de márgenes y taludes, eliminación de residuos en los 280 kilómetros de cauces y el control de especies exóticas invasoras. Actuaciones se han complementado con la creación de una red de 37 estaciones de muestreo en colaboración con el CSIC.
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