El petróleo alcanzó en 2011 el precio más alto en siglo y medio, pero quienes utilicen habitualmente el coche en el día a día seguirán pensando que los valores al alza son imparables: de hecho, la subida del IVA ha devuelto las cifras récord al surtidor. El precio de la gasolina se sitúa en torno al euro y medio por litro mientras el gasoil, consumido por el 80% del parque automovilístico español, está por encima de los 1,4 euros y hay quien recuerda aquellos tiempos en que echaba veinte duros y le duraba…
Como la inquietud, el mercado de los carburantes es libre y la Comisión Nacional de competencia señala a las petroleras como principales supervisoras de los precios del surtidor, que ahora se han comprometido a controlar los márgenes de ganancia para frenar el incremento desmedido en los carburantes. Según el Instituto Nacional de Estadística, precisamente los carburantes han provocado el salto de la inflación durante el mes de agosto del 2,2% al 2,7%. Y los conductores, sin duda, lo sufren en sus desplazamientos mientras ven cómo se le recortan los salarios y los servicios en otros ámbitos. Hay quien se pregunta por alternativas, pero miles de ciudadanos requieren el vehículo para atender sus necesidades laborales. Y mientras tanto, llenar los depósitos cuesta más.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios, hay gasolineras que permiten un ahorro de hasta 4 euros en cada repostaje. En la Comunidad de Madrid, la estación del kilómetro 34 de la A-1 a la altura de San Agustín del Guadalix o la del kilómetro 3 de la A2 en Torrejón-Ajalvir figuran entre las más económicas de España. Y aunque parezca inverosímil, la región de Madrid está entre las regiones con el combustible más barato. Mal de muchos, dicen…
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