El aguilucho cenizo (Circus pygargus) es un ave falconiforme típica de las zonas cerealistas del sur de Madrid; una de sus características es que anida en el mismo suelo, entre los cultivos, y aquí viene el problema. Cuando en esta época de verano las maquinas entran a cosechar, los nidos son invisibles para el agricultor y quedan totalmente destrozados, muchas veces cuando los polluelos aún no pueden volar. Por eso desde hace 10 años, GREFA pone en marcha la campaña de recuperación: primero vigila en primavera los lugares de anidamiento y evita después que las cosechadoras acaben con las crías que no vuelan.
En esta campaña han retirado 15 nidos en los que había 43 polluelos, gracias también a la colaboración de los propios agricultores, que avisan de los avistamientos y del momento de la cosecha.
El aguilucho cenizo está catalogado como una especia vulnerable a nivel regional y estatal, y esto precisamente por los daños que producen las máquinas pero también por el aumento de pesticidas en los cultivos, pero eso precisamente hace de ave un elemento importante de la naturaleza madrileña. Es un bioindicador, un termómetro, si hay aguiluchos en una zona quiere decir que ese ecosistema es saludable.
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