Lo singular es que se ha apostado para esta iniciativa, una pista navideña como las que hay en otras ciudades, por un material ecológico. Ello la convierte en algo único. Las pistas de hielo sintético están formadas por placas autolubricadas, que van expulsando líquido a lo largo de su vida útil para permitir un deslizamiento óptimo. Este material permite que los costes de mantenimiento sean mínimos, ya que no se requiere de máquinas refrigerantes para mantener el hielo a la temperatura necesaria para su correcto funcionamiento. Una pista convencional de estas características requeriría para su funcionamiento 1.100 kilowatios, 2.700 litros de agua, 1.050 litros de gasóleo y emitiría una tonelada de CO2 a la atmósfera. Sin embargo, las pistas ecológicas no necesitan de energía, agua o gasóleo para su mantenimiento, además de no emitir CO2 a la atmósfera.
La empresa española Xtraice, que fabrica este sistema pionero, opera en el mundo desde hace ya 10 años y atesora gran experiencia, después de haber instalado más de 1.000 pistas en 78 países.
Comentarios