Hasta la altura de la silla o el color del traje importan, y mucho, en la campaña electoral
¿Recuerdan el desvío de la mirada de Rajoy al hablar a cámara en uno de sus debates con Zapatero? ¿O las simbólicas cejas del presidente del Gobierno? Los políticos se rodean de expertos en imagen y comunicación para sacar el máximo rendimiento a sus gestos o controlar los que no les favorecen. Un fallo a la hora de comunicar puede dar al traste con el buen trabajo realizado durante meses. Nada puede quedar a la improvisación.
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