Ray Charles Robinson nació en el estado de Georgia en 1930. Con 5 años empezó a perder la vista y a los 6 años se quedó completamente ciego debido a un glaucoma. A los 7 años empezó a recibir clases en una escuela para sordos y ciegos, donde hasta los 15 años recibió clases de piano y comenzó a tocar gospel y blues, así como a componer música en Braille. También aprendió a tocar el clarinete, el saxo, la trompeta y el órgano, mientras en la radio se empapaba de todo lo que escuchaba: un universo sonoro plagado de bandas de swing, cantantes de country y cuartetos de gospel.
A los 15 años murió su madre y quedó completamente huérfano, ya que su padre falleció cinco años antes. Entonces abandonó la escuela y empezó a ganarse la vida como músico. Por aquel entonces se inspiraba en Charles Brown y Nat King Cole. Tres años después se mudó a Seattle, donde formó el McSon Trio y comenzó su adicción a la heroína, que duró casi 20 años.
Charles hizo su primer single “Confession Blues” en 1949; aunque fue “Baby Let Me Hold Your Hand” su primer éxito, grabado en Los Ángeles un año más tarde. En 1951, se casó con Eileen Williams, con quien estuvo sólo un año y en 1953 firmó con Atlantic Records e inmediatamente comenzó su espiral de grandes éxitos. En 1955, se casó por segunda vez con Della Howard, con quien tuvo 3 hijos. Aunque no podemos olvidar que Ray tuvo otros 9 hijos con 9 mujeres diferentes.
En 1960 firmó con ABC Records su contrato más lucrativo y los siguientes años fueron, nuevamente, llenos de gloria. Alcanzó fama internacional con “Georgia on My Mind”, “Hit the Rad Jack” o “Unchain My Heart”. Pero cinco años más tarde Ray fue arrestado por posesión de heroína, aunque se libró de ir a la cárcel tratándose en una clínica de desintoxicación. A partir de ahí comenzaron los altos y bajos en su carrera.
En 1986 ingresó en el Hall of Fame del Rock and Roll y a continuación recibió un Premio Grammy por su trayectoria; aunque a lo largo de 50 años de carrera consiguió un total de 13 Grammy. Asimismo recibió la medalla de las Artes y las Letras francesas, y hasta creó la Fundación Robinson para enfermedades del oído.
En el año 2004 murió de cáncer de hígado a los 73 años dejando una codiciada fortuna de unos 75 millones de dólares, cerca de 50 millones de euros por los que litigaron 4 de sus hijos. Ese mismo año, se estrenó la película “Ray”, que narra toda su vida y que ganó 2 Oscars, al mejor actor: Jaime Foxx, y mejor sonido. Desde entonces se han seguido publicando recopilatorios en CD e incluso se grabaron algunas canciones por el artista inéditas.
Y es que como buen divo divino su fama le precede y, por ejemplo, la revista Rolling Stone lo nombra Nº 10 en su lista de los 100 mejores artistas de todos los tiempos. Mientras que en la lista de los 100 mejores cantantes de la historia Ray Charles aparece como mejor cantante masculino y como el segundo mejor cantante de todos los tiempos, sólo superado por Aretha Franklin.
Nos quedamos con su música, con una sus eternas canciones llenas de ternura, humor y hasta resignación, nacidas del abrazo del soul, la pasión y la improvisación.
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