La Comunidad de Madrid ha presentado un estudio para la recuperación de las variedades de judías autóctonas, especialmente de las vinculadas a la Sierra Norte de Madrid. El objetivo es buscar fórmulas innovadoras de desarrollo en el medio rural que se adapten a la realidad de los pueblos y permitan fijar la población joven en los municipios, garantizando el empleo asociado al mantenimiento de las tradiciones y los recursos propios, como destaca Cristina Álvarez, directora gerente del IMIDRA.
Según dicho estudio el tipo de judía tradicional madrileña tiene grandes posibilidades de incorporarse al mercado, pues existen hasta 65 variedades con unas cualidades y calidad que tienen reconocido prestigio. Y es que la judía está en la base de la alimentación tradicional en la Sierra Norte. Junto con la patata y ciertos cereales como el trigo y el centeno, es uno de los cultivos clave para la alimentación por su alto valor nutritivo, la facilidad para almacenarla y su buena adaptación a las condiciones ambientales. De aquí sus enormes posibilidades gastronómicas como señala el chef Luis Moreno.
Nuestra región tiene una producción de judías verdes de aproximadamente 876 toneladas y de 8 toneladas de judías secas, una cifra importante ya que su cultivo se limita exclusivamente a la Sierra Norte.
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