Kylie Minogue, cómo hemos cambiado

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Kylie Minogue, cómo hemos cambiado

No lo neguemos: es la reina de las pistas de baile. La australiana Kylie Minogue no ha alcanzado las cotas de éxito de anteriores entregas, pero lo cierto es que con este “Into the blue”, su último trabajo, sigue obligándonos a levantar los brazos cada vez que escuchamos sus estribillos.

Pues sí, escuchar una canción de Kylie es caer, casi irremediablemente, en el desmadre discotequero. Pero no siempre ha sido así, ni mucho menos. Hace 26 años sonaba absolutamente “ochentera”.

Con un sencillo grabado casi por casualidad, casi sin querer, y teniendo en cuenta que el trabajo principal de Kylie era el de actriz en una serie de televisión australiana, consiguió entrar con fuerza en las listas de ventas de Reino Unido, en la otra punta del mundo. Siguió con ese estilo un par de años más, hasta que decidió explotar su lado sexy.

En 1990 ya despertaba esa imagen tan sensual, aunque todavía había cierta continencia en la música. Sí que está más confiada vocalmente, con canciones más maduras. Algo que se transformó cuatro años después con su “Confide in me”.

Kylie se había vuelto un poco más lenta a cambio de conseguir una producción muy cuidada que nos deja escuchar ya los falsetes y agudos de Kylie que le han caracterizado posteriormente. Pero en 1997 la australiana volvía a dar una vuelta de tuerca y descubríamos que su voz también conecta bien con guitarras eléctricas.

Pues sí, esto sonido mezcla de funky e indie es Kylie Minogue. A pesar de su calidad, lo peor que le pudo pasar a este disco es combatir en las listas con el nombre de “Princesa imposible”… la misma semana de la muerte de Lady Di. De hecho se tuvo que cambiar el nombre en Reino Unido. Pero ni con esas. Así que decidió volver a su mejor faceta, la de una pista de baile.

“Spinning Around” está influenciado, como todo ese disco publicado en el año 2000, por músicas de los años 70, con estribillos pegadizos y más bailables. Tanto que se subió al podio de la música disco y de ahí no se ha bajado todavía, como icono de libertad sexual y, sobre todo, de buen rollo. Y es que al año siguiente publicaba otros dos diamantes: “Can’t Get You Out of My Head” y también “In your eyes”.

Lo cierto es que Kylie estaba evolucionando hacia el house, además con un estilo visual copiado mil veces por artistas posteriores. Aunque en 2003 introdujo toques de R&B, aunque la sensualidad de la australiana se elevaba a la enésima potencia.

Sólo Kylie sabe hacer esa voz tan estudiadamente aguda y susurrante, que derretía a más de uno. Sin embargo en 2005 anunciaba que tenía cáncer de mama, así que el parón fue obligado. Aunque no volvió con poca fuerza.

“In my arms”, de 2007, no alcanzó cotas tan altas como otros años, pero demostraba que Kylie seguía al pie del cañón. De hecho, en 2010 publicaba “All the lovers” para afianzar su puesto de reina del amor libre y para seguir dándonos tantos momentos de baile sin preocupaciones.

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