La lista, que presenta en los últimos puestos a Roma y Milán, revela que la calidad del aire en Madrid es mejorable, queda lejos de otras grandes urbes europeas con una puntuación del 58% y se equipara a Bruselas, Dusseldorf o Londres. Son los datos del European Environmental Bureau, que analiza 17 ciudades del continente y señala que “las medidas oficiales muestran unas claras tendencias descendentes” en cuanto a las emisiones locales, si bien hay ciudades que están interviniendo para frenar la contaminación atmosférica y otras como Madrid, según denuncia Ecologistas en Acción, tardan en ofrecer una respuesta firme. El aire que respiramos contrasta con la pureza del aire de Copenhague o Berlín.
Asimismo, tal y como se desprende de este informe, Madrid no ha empleado bien las estaciones medidoras, carece de zona de bajas emisiones, así como de prohibiciones para los contaminadores más altos. La documentación consultada, argumentan, no aporta medidas para resolver estos puntos débiles. Sin embargo, sí que existe “una interesante estrategia de aparcamiento con el Servicio de Estacionamiento Regulado” y beneficios fiscales para los coches eléctricos. En cualquier caso, la calidad del aire necesita progresar adecuadamente ante próximos exámenes.
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